El fin de semana pasado, decidimos dejar atrás la rutina y adentrarnos en la maravillosa costa de Ritoque. Con un par de amigos, cargamos las camionetas y nos dirigimos a un lugar que ya se ha convertido en un santuario personal: el bosque junto al famoso Gato con Botas.
Llegamos al campamento justo cuando el sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. El ambiente estaba cargado de una expectativa palpable. Pronto, encendimos una fogata y, al calor de las llamas, compartimos historias de viejas aventuras, risas y planes para el día siguiente.


Al amanecer, nos dirigimos a la playa, ansiosos por desafiar las olas y probar nuestra suerte con la pesca. El sonido del mar, la brisa fresca y el horizonte infinito nos daban la bienvenida a una nueva jornada. Con las cañas listas, recorrimos la costa, sintiendo cada lanzamiento como una conexión directa con la naturaleza. Logramos capturar un par de lenguados, testigos silenciosos de nuestra destreza y paciencia.
Pasado el mediodía, cuando la marea comenzó a subir, nos retiramos de la playa, con una sensación de logro y camaradería. Regresamos al campamento en Ritoque, donde disfrutamos de un merecido almuerzo, un momento de pausa y reflexión en medio de la naturaleza.



Pero nuestra aventura no terminaba ahí. Las dunas nos llamaban, y no pudimos resistir la tentación de un poco de off-road. Nos dirigimos hacia la V8, desafiando las pendientes y disfrutando de la adrenalina pura que solo el desierto puede ofrecer.
Cada momento en Ritoque fue una reafirmación de por qué amamos tanto el aire libre: la libertad, la emoción, y la conexión con lo salvaje.
Finalmente, con el sol alto en el cielo y el corazón lleno de recuerdos, emprendimos el camino de regreso a Santiago. Cada momento en Ritoque fue una reafirmación de por qué amamos tanto el aire libre: la libertad, la emoción, y la conexión con lo salvaje.

Si alguna vez has sentido el llamado de la naturaleza, sabes que es irresistible. Y si no lo has sentido aún, quizás sea hora de que salgas ahí afuera y lo descubras por ti mismo.